por LOS ORIGENES
El Trance podríamos decir que es una derivación del Techno en él que podemos encontrar sonidos y elementos pertenecientes al New Beat belga y a los Teutonic Beats, dos derivaciones paralelas de la EBM patentada por Front 242, así como elementos y sonidos muy utilizados ya por Jean-Michel Jarre, Mike Oldfield, Vangelis o Brian Eno. De hecho, los primeros temas que aparecieron en álbumes como Trance tienen más similitudes con lo que hoy en día es el Techno que con el sonido Trance actual que todos conocemos.
El nombre de “Trance”, responde al estado que provoca en sus oyentes debido a una alteración de la mente provocada por las sonoridades desarrolladas, que permite realizar un viaje espiritual, en ocasiones ayudados por sustancias estimulantes. Todo esto, en sentido figurado, claro pero si tuviéramos que definir que se siente al escuchar este genero, esta sería una definición bastante aproximada.
El Trance no tiene una fecha exacta de nacimiento y, aunque los orígenes no están muy claros, podríamos decir que el padre del trance es Sven Väth y el club de referencia el The Omen, situado en la ciudad alemana de Frankfurt allá a principios de los años 90, el cual fue clave en el nacimiento y difusión del genero. Previamente, Sven Väth ya había experimentado con los primeros sonidos Trance en clubs como Dorian Grey, situado en el mismo aeropuerto de Frankfurt junto a Torsten Fenslau y Talla 2XLC.
ALEMANIA, LA CUNA
Claramente, el Trance tiene un marcado origen germánico, mas allá de la ciudad de Frankfurt. Pronto aparecen productores muy importantes para el genero como Jam & Spoon, Dance 2 Trance, Oliver Lieb, Paul van Dyk o Cosmic Baby y Alemania se convierte en la cuna del Trance con las primeras producciones.
No tardaron en surgir a la par las primeras discográficas especializadas en el nuevo genero musical como por ejemplo la berlinesa MFS (Mijk van Dijk, Humate, Paul van Dyk y Cosmic Baby). Poco después nacen los proyectos Visions Of Shiva (Paul van Dyk y Cosmic Baby) y Harthouse y Eye Q, creados por el propio Sven Väth, que acogió también a gente como Hardfloor, Arpegiators, Marco Zaffarano donde Sven Väth publicó el primer álbum Trance de la historia: An Accident In Paradise (Eye Q, 1992), donde se encontraba un single básico para entender el género, L’Esperanza. Rápidamente surgieron otros temas 100% Trance como por ejemplo Jam & Spoon – Stella y el maxi que lo contenía, Tales From A Danceographic Ocean (R&S, 1992), Humate – Love Stimulation (MFS, 1993), Cosmic Baby – The Space Track (MFS, 1992) o Energy 52 – Café del Mar (Eye Q, 1993) imprescindibles si se quiere entender el genero y sus orígenes.
EL TRANCE, SE EXTIENDE
Muy pronto, el trance salió de Alemania y comenzó a extenderse por el resto de Europa. Uno de los pioneros del Acid House, Paul Oakenfold importó el genero en su vertiente mas oriental.Estamos hablando del GOA, un subgénero del Trance nacido en la región india del mismo nombre (Goa). El goa nació en las raves celebradas en las playas de dicha región, una antigua colonia portuguesa en la que muchos occidentales “hippyes”se habían refugiado desde la década de los 60. Su sonido original, básicamente el progressive rock, fue influido por la explosión acid house y empezó a incorporar sonidos electrónicos de la mano de dj’s como Goa Gil. Este género se caracterizaba por sus toques ácidos y la utilización de samples exóticos en temas densos y básicamente instrumentales, como los que se encuentran en las producciones de Prana o Juno Reactor. Casi todo el mundo coincide que este genero Trance es el más elaborado y el mas original de todos. Goa había sido uno de los destinos preferidos de Sven Väth y ayudaron a configurar su visión ácida y psycodélica de la electrónica.
Muy pronto, Paul Oakenfold fundó Perfecto Records, donde dió cobijo a productores como Man With No Name, nombre artístico de Martin Freeland, cuyo Teleport (Dragonfly Records) fue toda una revolución y tuvo mucho un éxito en 1994.
En muy poco tiempo apareció (y desapareció en muy corto espacio de tiempo) un nuevo genero muy a destacar y tener en cuenta: el Dream. El productor italiano Roberto Concina, más conocido por su nombre artístico de Robert Miles dio vida a este genero que tuvo un éxito sin precedentes y una fulminante desaparición del mismo, también sin precedentes. Con su álbum Dreamland (Deconstruction, 1996), en el que se incluían piezas como Fable y One & One pero, fundamentalmente, Children, consiguió dar un giro no sólo la escena trance sino toda la electrónica. Un sonido fresco y melódico, de tintes épicos, que rápidamente encontró el favor del público y otros autores dispuestos a seguir el camino marcado, como Nylon Moon o Zhi-vago. La mayoría de ellos fueron grupos de un solo hit, ya que el genero no dio más de sí. La huella dejada por este sonido se puede seguir en la posterior evolución del trance más melódico, como el deep o las producciones de Chicane, a la vez que se le debe considerar parte integral del sonido conocido como nu-nrg, base para el desarrollo posterior del uplifting trance hoy predominante en Europa.
PUNTO DE INFLEXIÓN
En 1996, Paul van Dyk publicó Seven Ways (MFS). Se podría decir que este tema (fundamental en la carrera de Paul) marcó un antes y un después en el genero. Fue todo un éxito total en toda Europa. En este álbum se incluían temas hoy ya considerados “clásicos” como Beautiful Place, Forbidden Fruit o Words, que junto a su anterior largo, 45RPM, que incluía For An Angel, marcaron la pauta de gran parte de la producción trance posterior junto a las producciones referenciales de Emmanuel Top y Kosmo Records y, desde Gran Bretaña, sellos como Platipus y artistas como el propio dueño de este sello, Simon Berry (Art Of Trance) y Union Jack.
A mediados de los 90 surgió un movimiento Trance predominante: estamos hablando del Hardtrance. Se trata de otro subgénero de orígenes alemanes cuyo epicentro es, de nuevo, la ciudad de Frankfurt. Destacan productores como Pete Namlook y Pascal F.E.O.S. desde Hamburgo, donde se encuentra un puntal básico como Tunnel Records. Desde este sello se editaron los primeros temas de X-Dream, puente fundamental entre el trance de club y la incipiente escena goa con su hardtrance ácido. Tunnel se convirtió, junto a EDM y Fog Area y con permiso de Noom Records, en la principal referencia del hermano más duro del trance, que encumbraría a artistas como Commander Tom y su imprescindible Are Am Eye (Noom Records, 1995), Cocooma, DJ Dean o Gary D, todos ellos fuertemente influidos por la escena techno belga y, fundamentalmente, el new beat, de la que directamente salió gente como Marco Bailey y muchos de los productores del sello Bonzai. Temas fundamentales para entender este género son Jones & Stephenson – The First Rebirth (Bonzai, 1993), Legend B – Lost In Love (Sub Terranean, 1994) o Nexus 6 – Tres Chic (Noom Records, 1994).
El Hardtrance dominó toda la escena en el período que va de 1995 a 1998. A partir de entonces la calidad de las producciones baja bruscamente, lo que provoca la práctica desaparición del género o la subdivisión en dos: Por un lado, la línea que deriva hacia el uplifting trance; por el otro, el sector más duro, que da origen al movimiento Hardstyle, una fusión entre Progressive, Trance y Hardcore.
AMSTERDAM TOMA EL RELEVO A FRANKFURT
La escena Trance a nivel mundial recae a finales de los 90 y es ahí, a partir de 1999 , donde resurge el genero gracias al nutrido grupo de productores y dj’s holandeses, con Tiësto, Ferry Corsten y Marco V a la cabeza. Todos ellos proceden del todopoderoso Hardcore Orange que se desarrolló desde Rotterdam e irradió toda Europa a principios de los 90. Temas como System F – Out Of The Blue, Veracocha – Carte Blanche o Gouryella – Gouryella fueron la piedra angular que configuró el primer sonido uplifting, que es el más paradigmático de todo el género. El verano del 99 fue importante porque estos dj’s y otros como Armin van Buuren arrasaron en las pistas de Ibiza, pasando por encima de, entonces, los mejores dj\\'s y más valorados como los británicos Judge Jules, John ‘00’ Fleming o Paul Oakenfold.
El Trance se vuelve muy muy comercial y popular en centroeuropa y debido a esto fue rechazada por artistas como John Digweed y Sasha, que se pasaron al progressive house, definido básicamente por un sonido menos acelerado y unas melodías más elaboradas. Otros grandes nombres que se pasaron al género ante la masificación fueron Dave Seaman, Nick Warren (y su proyecto con Jody Wisternoff, Way Out West) y toda la gente de Global Underground, siempre inquieta en la búsqueda de nuevas sonoridades que la mantengan en la vanguardia progresiva. Además, procedían de un mismo país, Gran Bretaña, en el que ya existía una cierta tradición, afianzada por la herencia que había dejado el acid house de finales de los 80 y la recuperación de una escena house que había estado dando tumbos por allí y por allá sin llegar a ningún lado desde mediados de los años 90.
El Progressive House quedó recluido en los círculos más selectos, situándose como el estilo con mejor reputación dentro de la familia del Trance. La inclusión de “breaks” lo ha impulsado en los últimos años, en los que han aparecido prolíficos creadores más allá de las islas británicas, en países como Holanda (Sander Kleinenberg, Matthew Dekay y Fred Numf), Australia (Luke Chable, Infusion), o Estados Unidos (Steve Porter se ha unido a los ya consagrados Satoshi Tomiie y Deep Dish).
Por otro lado, el sonido goa que Oakenfold había descubierto para un gran número de clubbers evolucionó hacia el psychedelic trance, estableciéndose dos grandes corrientes. Una, el full on trance –llamado así por ser un estilo duro, contundente, que llena todas las frecuencias del sonido–, centrado en los productores israelíes, como Astral Projection o Infected Mushroom. Otra, el progressive (psychedelic) trance, localizado en Alemania y los países escandinavos, con figuras como Vibrasphere o Son Kite. Otros importantes focos del psy-trance en el continente son Portugal y Grecia, donde se celebran dos de los mayores festivales del género, Boom Festival y Samothraki, respectivamente. En cualquier caso, la escena goa se ha mantenido siempre en el underground, prefiriendo, seguramente por su profunda conexión con la naturaleza, los grandes espacios abiertos en los que se realizan las raves a los clubes urbanos en los que se desarrollaba paralelamente el uplifting, el deep o el hardtrance.
El Trance podríamos decir que es una derivación del Techno en él que podemos encontrar sonidos y elementos pertenecientes al New Beat belga y a los Teutonic Beats, dos derivaciones paralelas de la EBM patentada por Front 242, así como elementos y sonidos muy utilizados ya por Jean-Michel Jarre, Mike Oldfield, Vangelis o Brian Eno. De hecho, los primeros temas que aparecieron en álbumes como Trance tienen más similitudes con lo que hoy en día es el Techno que con el sonido Trance actual que todos conocemos.
El nombre de “Trance”, responde al estado que provoca en sus oyentes debido a una alteración de la mente provocada por las sonoridades desarrolladas, que permite realizar un viaje espiritual, en ocasiones ayudados por sustancias estimulantes. Todo esto, en sentido figurado, claro pero si tuviéramos que definir que se siente al escuchar este genero, esta sería una definición bastante aproximada.
El Trance no tiene una fecha exacta de nacimiento y, aunque los orígenes no están muy claros, podríamos decir que el padre del trance es Sven Väth y el club de referencia el The Omen, situado en la ciudad alemana de Frankfurt allá a principios de los años 90, el cual fue clave en el nacimiento y difusión del genero. Previamente, Sven Väth ya había experimentado con los primeros sonidos Trance en clubs como Dorian Grey, situado en el mismo aeropuerto de Frankfurt junto a Torsten Fenslau y Talla 2XLC.
ALEMANIA, LA CUNA
Claramente, el Trance tiene un marcado origen germánico, mas allá de la ciudad de Frankfurt. Pronto aparecen productores muy importantes para el genero como Jam & Spoon, Dance 2 Trance, Oliver Lieb, Paul van Dyk o Cosmic Baby y Alemania se convierte en la cuna del Trance con las primeras producciones.
No tardaron en surgir a la par las primeras discográficas especializadas en el nuevo genero musical como por ejemplo la berlinesa MFS (Mijk van Dijk, Humate, Paul van Dyk y Cosmic Baby). Poco después nacen los proyectos Visions Of Shiva (Paul van Dyk y Cosmic Baby) y Harthouse y Eye Q, creados por el propio Sven Väth, que acogió también a gente como Hardfloor, Arpegiators, Marco Zaffarano donde Sven Väth publicó el primer álbum Trance de la historia: An Accident In Paradise (Eye Q, 1992), donde se encontraba un single básico para entender el género, L’Esperanza. Rápidamente surgieron otros temas 100% Trance como por ejemplo Jam & Spoon – Stella y el maxi que lo contenía, Tales From A Danceographic Ocean (R&S, 1992), Humate – Love Stimulation (MFS, 1993), Cosmic Baby – The Space Track (MFS, 1992) o Energy 52 – Café del Mar (Eye Q, 1993) imprescindibles si se quiere entender el genero y sus orígenes.
EL TRANCE, SE EXTIENDE
Muy pronto, el trance salió de Alemania y comenzó a extenderse por el resto de Europa. Uno de los pioneros del Acid House, Paul Oakenfold importó el genero en su vertiente mas oriental.Estamos hablando del GOA, un subgénero del Trance nacido en la región india del mismo nombre (Goa). El goa nació en las raves celebradas en las playas de dicha región, una antigua colonia portuguesa en la que muchos occidentales “hippyes”se habían refugiado desde la década de los 60. Su sonido original, básicamente el progressive rock, fue influido por la explosión acid house y empezó a incorporar sonidos electrónicos de la mano de dj’s como Goa Gil. Este género se caracterizaba por sus toques ácidos y la utilización de samples exóticos en temas densos y básicamente instrumentales, como los que se encuentran en las producciones de Prana o Juno Reactor. Casi todo el mundo coincide que este genero Trance es el más elaborado y el mas original de todos. Goa había sido uno de los destinos preferidos de Sven Väth y ayudaron a configurar su visión ácida y psycodélica de la electrónica.
Muy pronto, Paul Oakenfold fundó Perfecto Records, donde dió cobijo a productores como Man With No Name, nombre artístico de Martin Freeland, cuyo Teleport (Dragonfly Records) fue toda una revolución y tuvo mucho un éxito en 1994.
En muy poco tiempo apareció (y desapareció en muy corto espacio de tiempo) un nuevo genero muy a destacar y tener en cuenta: el Dream. El productor italiano Roberto Concina, más conocido por su nombre artístico de Robert Miles dio vida a este genero que tuvo un éxito sin precedentes y una fulminante desaparición del mismo, también sin precedentes. Con su álbum Dreamland (Deconstruction, 1996), en el que se incluían piezas como Fable y One & One pero, fundamentalmente, Children, consiguió dar un giro no sólo la escena trance sino toda la electrónica. Un sonido fresco y melódico, de tintes épicos, que rápidamente encontró el favor del público y otros autores dispuestos a seguir el camino marcado, como Nylon Moon o Zhi-vago. La mayoría de ellos fueron grupos de un solo hit, ya que el genero no dio más de sí. La huella dejada por este sonido se puede seguir en la posterior evolución del trance más melódico, como el deep o las producciones de Chicane, a la vez que se le debe considerar parte integral del sonido conocido como nu-nrg, base para el desarrollo posterior del uplifting trance hoy predominante en Europa.
PUNTO DE INFLEXIÓN
En 1996, Paul van Dyk publicó Seven Ways (MFS). Se podría decir que este tema (fundamental en la carrera de Paul) marcó un antes y un después en el genero. Fue todo un éxito total en toda Europa. En este álbum se incluían temas hoy ya considerados “clásicos” como Beautiful Place, Forbidden Fruit o Words, que junto a su anterior largo, 45RPM, que incluía For An Angel, marcaron la pauta de gran parte de la producción trance posterior junto a las producciones referenciales de Emmanuel Top y Kosmo Records y, desde Gran Bretaña, sellos como Platipus y artistas como el propio dueño de este sello, Simon Berry (Art Of Trance) y Union Jack.
A mediados de los 90 surgió un movimiento Trance predominante: estamos hablando del Hardtrance. Se trata de otro subgénero de orígenes alemanes cuyo epicentro es, de nuevo, la ciudad de Frankfurt. Destacan productores como Pete Namlook y Pascal F.E.O.S. desde Hamburgo, donde se encuentra un puntal básico como Tunnel Records. Desde este sello se editaron los primeros temas de X-Dream, puente fundamental entre el trance de club y la incipiente escena goa con su hardtrance ácido. Tunnel se convirtió, junto a EDM y Fog Area y con permiso de Noom Records, en la principal referencia del hermano más duro del trance, que encumbraría a artistas como Commander Tom y su imprescindible Are Am Eye (Noom Records, 1995), Cocooma, DJ Dean o Gary D, todos ellos fuertemente influidos por la escena techno belga y, fundamentalmente, el new beat, de la que directamente salió gente como Marco Bailey y muchos de los productores del sello Bonzai. Temas fundamentales para entender este género son Jones & Stephenson – The First Rebirth (Bonzai, 1993), Legend B – Lost In Love (Sub Terranean, 1994) o Nexus 6 – Tres Chic (Noom Records, 1994).
El Hardtrance dominó toda la escena en el período que va de 1995 a 1998. A partir de entonces la calidad de las producciones baja bruscamente, lo que provoca la práctica desaparición del género o la subdivisión en dos: Por un lado, la línea que deriva hacia el uplifting trance; por el otro, el sector más duro, que da origen al movimiento Hardstyle, una fusión entre Progressive, Trance y Hardcore.
AMSTERDAM TOMA EL RELEVO A FRANKFURT
La escena Trance a nivel mundial recae a finales de los 90 y es ahí, a partir de 1999 , donde resurge el genero gracias al nutrido grupo de productores y dj’s holandeses, con Tiësto, Ferry Corsten y Marco V a la cabeza. Todos ellos proceden del todopoderoso Hardcore Orange que se desarrolló desde Rotterdam e irradió toda Europa a principios de los 90. Temas como System F – Out Of The Blue, Veracocha – Carte Blanche o Gouryella – Gouryella fueron la piedra angular que configuró el primer sonido uplifting, que es el más paradigmático de todo el género. El verano del 99 fue importante porque estos dj’s y otros como Armin van Buuren arrasaron en las pistas de Ibiza, pasando por encima de, entonces, los mejores dj\\'s y más valorados como los británicos Judge Jules, John ‘00’ Fleming o Paul Oakenfold.
El Trance se vuelve muy muy comercial y popular en centroeuropa y debido a esto fue rechazada por artistas como John Digweed y Sasha, que se pasaron al progressive house, definido básicamente por un sonido menos acelerado y unas melodías más elaboradas. Otros grandes nombres que se pasaron al género ante la masificación fueron Dave Seaman, Nick Warren (y su proyecto con Jody Wisternoff, Way Out West) y toda la gente de Global Underground, siempre inquieta en la búsqueda de nuevas sonoridades que la mantengan en la vanguardia progresiva. Además, procedían de un mismo país, Gran Bretaña, en el que ya existía una cierta tradición, afianzada por la herencia que había dejado el acid house de finales de los 80 y la recuperación de una escena house que había estado dando tumbos por allí y por allá sin llegar a ningún lado desde mediados de los años 90.
El Progressive House quedó recluido en los círculos más selectos, situándose como el estilo con mejor reputación dentro de la familia del Trance. La inclusión de “breaks” lo ha impulsado en los últimos años, en los que han aparecido prolíficos creadores más allá de las islas británicas, en países como Holanda (Sander Kleinenberg, Matthew Dekay y Fred Numf), Australia (Luke Chable, Infusion), o Estados Unidos (Steve Porter se ha unido a los ya consagrados Satoshi Tomiie y Deep Dish).
Por otro lado, el sonido goa que Oakenfold había descubierto para un gran número de clubbers evolucionó hacia el psychedelic trance, estableciéndose dos grandes corrientes. Una, el full on trance –llamado así por ser un estilo duro, contundente, que llena todas las frecuencias del sonido–, centrado en los productores israelíes, como Astral Projection o Infected Mushroom. Otra, el progressive (psychedelic) trance, localizado en Alemania y los países escandinavos, con figuras como Vibrasphere o Son Kite. Otros importantes focos del psy-trance en el continente son Portugal y Grecia, donde se celebran dos de los mayores festivales del género, Boom Festival y Samothraki, respectivamente. En cualquier caso, la escena goa se ha mantenido siempre en el underground, prefiriendo, seguramente por su profunda conexión con la naturaleza, los grandes espacios abiertos en los que se realizan las raves a los clubes urbanos en los que se desarrollaba paralelamente el uplifting, el deep o el hardtrance.
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